Todo empieza con la historia de Candy. Después de haber perdido a un ser querido, Candy atravesó un largo periodo de dolor y depresión. Con el tiempo, pasó a sentir gratitud por el tiempo que habían compartido y, eventualmente, econtró claridad a través de haber pensando tanto sobre la muerte. Sin embargo, no era fácil mantener esa postura vital. Es fácil dejarse atrapar por el día a día y olvidar lo que realmente te importa. Quería algo que le hiciese recordar diariamente esta reflexión, y también quería averiguar qué era importante para la gente a su alrededor. Se puso manos a la obra y, tras recibir el permiso, pintó el costado de una casa abandonada en su barrio de Nueva Orleans con pintura de pizarra. Con la ayuda de plantillas, generó una cuadrícula que repetía el siguiente principio de frase: “Before I die I want to____”, “Antes de morir quiero______”. Cualquiera que pasara por ahí podía tomar un pedazo de tiza, reflexionar un momento, y compartir sus aspiraciones personales en el espacio público.

Era un experimento y Candy no sabía qué esperar. Al día siguiente, la pared amaneció repleta de aportaciones: “cantar para millones”, “plantar un árbol”, “tenerla en mis brazos una vez más”, “comer más de todo”, “ser yo mismo”… Las respuestas de la gente le hicieron tanto reír a carcajada limpia como soltar alguna que otra lágrima. Le consolaron durante los tiempos más difíciles. Logró entender a sus vecinos de maneras nuevas y reveladoras, y la pared le recordaban que no estaba sola en el proceso de encontrarle sentido a su vida.

Queremos compartir el espíritu de la iniciativa Before I Die en Barcelona para ayudarnos a tener en mente aquello que da sentido a nuestras vidas.

www.beforeidie.cc

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